Tras las festividades navideñas, seguro que son muchas las personas que tienen en su hogar una flor de pascua, también conocida como poinsetia o flor de la Navidad, cuyo nombre científico es Euphorbia pulcherrima.
Aunque parecen unas plantas asociadas únicamente al invierno y a las fechas concretas de Navidad, lo cierto es que, si se cuida correctamente, estas las flores de pascua pueden durar todo el año.
Cómo regar la flor de pascua
Normalmente, el riego de la flor de pascua, que es una planta de interior, se debe limitar a dos veces por semana, comprobando que entre ambos riegos la tierra se ha secado antes de añadir más agua.
Estas plantas pueden regarse por inmersión, introduciendo la maceta en un recipiente con agua para que el sustrato absorba el líquido y la tierra se quede bien húmeda.
Hay que tener en cuenta que la flor de pascua es muy sensible a los excesos de riego, por lo que la maceta deberá tener un buen sistema de drenaje, para que no quede retenido el exceso de agua y la planta no se quede encharcada.
Iluminación, floración y poda
Otro de los cuidados importantes de la flor de pascua es, precisamente, la iluminación. Aunque sea una planta de interior, hay que buscar para ella un lugar en el que reciba mucha luminosidad, siempre teniendo en cuenta que no se debe exponer al sol directo en ningún caso.
Finalmente, en cuanto a la floración y la poda, una vez que esta se produzca, es necesario podar la planta por sus extremos si se quiere mantener su forma compacta y redondeada.
¿Es necesario abonar la planta?
Cuando la flor de pascua esté en crecimiento, es decir, durante los meses de noviembre, diciembre y enero es conveniente añadir un poco de abono para impulsar este desarrollo, así como la floración, como indican desde Verdecora.
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